El primer dato que se ha encontrado sobre la ermita de Cantimpalos data del año 1599 y se refiere a los 20 ducados que recibió el pintor Juan del Río de la Cofradía de Cantimpalos por la obra realizada en el retablo -hoy desaparecido-, que se encontraba en el Humilladero de Cantimpalos.

              Es de planta rectangular, cubierta a dos aguas y su edificación es bastante simple. En su interior existe  un solo altar adorando con un dosel de terciopelo en el que se encuentra la imagen del Cristo de las Cinco Yagas. El día de viernes Santo tiene lugar el canto de la salve a la Virgen Dolorosa; uno de los actos más antiguos y arraigados en Cantimpalos, ya que son sólo los hombres los que acompañan a la Virgen en la procesión y por lo tanto sólo se oyen voces masculinas cuando canta la Salve.